Más de 100 personas, entre ellas trabajadores de los edificios situados a lo largo de High Line -el parque elevado con vistas panorámicas y golosinas artesanales de alto precio en una zona de la ciudad antaño deprimida- y sus partidarios se manifestaron en favor de la equidad y de unas normas salariales y prestaciones más elevadas en los apartamentos de lujo del parque.
Las empresas del barrio están subiendo los precios para beneficiarse de las ventajas inmobiliarias, mientras que los porteros y conserjes de los edificios adyacentes al High Line dicen que no participan de la prosperidad.
El secretario-tesorero de la 32BJ SEIU, Kyle Bragg, dijo que en lo que se está convirtiendo el parque High Line -un bastión de los ricos donde los trabajadores reciben salarios y prestaciones por debajo de la media- no podía ser lo que los dirigentes del barrio y de la ciudad tenían en mente cuando lucharon por mejorar la zona.
"¿Es mucho pedir que el parque High Line sea también un buen lugar para que la gente trabaje?". dijo Bragg. "¿Habéis oído el dicho de que la marea alta levanta todos los barcos? Pues bien, los trabajadores de los edificios situados a lo largo de la High Line -porteros y conserjes- no están experimentando el mismo auge económico que sus empleadores. Están luchando por mantenerse a sí mismos y a sus familias".
Entre los edificios que bordean el parque High Line figuran el 231 dela 10ª avenida, el 520 de la calle23 Oeste y el 200 de la 11ª avenida.
En un edificio, donde una habitación cuesta 4.250 dólares al mes, los trabajadores ganan 10,60 dólares la hora y no tienen seguro médico ni días de baja remunerados. En otro, donde vive la estrella del rock David Byrne, los salarios empiezan en 12,10 dólares, mientras que los apartamentos de una habitación cuestan más de 1,6 millones de dólares. Un ático en un edificio donde viven el rockero Mick Jagger y la actriz Nicole Kidman acaba de venderse por más de 6,8 millones de dólares. Los trabajadores de ese edificio tienen prestaciones muy inferiores a las de los trabajadores residenciales de toda la ciudad. Uno de los trabajadores se las apaña para pagar de su bolsillo 300 dólares al mes por recetas médicas.
César Coronel dijo que se vio obligado a aceptar un segundo empleo para llegar a fin de mes.
"Ahora trabajo una media de 60 horas a la semana y a veces hasta 80", afirma. "Tengo 4 hijos y una esposa en casa y siento que nunca consigo verlos y pasar tiempo con ellos. Cuando llego a casa por la noche mis hijos están durmiendo y tengo que irme a mi segundo trabajo antes de que se despierten".
Otro trabajador, William Rosado, de 60 años, dice que vive al día para pagar sus facturas y que ni siquiera puede plantearse la jubilación porque no es capaz de ahorrar lo suficiente. Se emociona al hablar de su seguro médico.
"Tengo que pagar 50 dólares de copago para ir al médico", dice. "No sé qué pasaría si estuviera gravemente enfermo. Mi mujer también tiene que trabajar porque mi seguro sólo me cubre lo poco que me cubre. Tengo problemas de hipertensión y hace poco tuve que faltar a una cita con el médico porque no tenía dinero. Empecé a sentirme mareado y desorientado y cuando por fin volví al médico me dijo que casi me había dado un infarto".
Los manifestantes, que portaban pancartas y carteles, se reunieron en el número 231 dela 10ª avenida y, a continuación, con carteles que señalaban edificios problemáticos a lo largo del High Line, marcharon a través del parque.
West Chelsea se ha convertido en uno de los barrios de moda de la ciudad. El valor de las propiedades residenciales aumentó un 103% entre 2003 y 2011. El parque High Line recibe más de 4 millones de visitantes al año y ha sido motor de un boom urbanístico a lo largo de su trazado. Se han construido o se están construyendo aproximadamente 29 proyectos en la High Line. Muchos de ellos han recibido importantes exenciones fiscales municipales.
El presidente del distrito de Manhattan, Scott Stringer, hizo pública una declaración en la que deploraba las condiciones de trabajo en ese lugar.
"A ningún trabajador neoyorquino se le debe mirar a los ojos y decirle que su salud es un lujo que no puede permitirse, incluidos los que trabajan en las nuevas torres de lujo a lo largo de la revitalizada High Line", dijo Stringer. "Estoy con el 32BJ, y con los hombres y mujeres que han pasado sus carreras de servicio como porteros, conserjes y porteros, en la exigencia de un salario justo con beneficios justos. Los empresarios y los residentes de estos edificios deben hacer lo correcto por las personas que trabajan duro para ellos en sus casas todos los días y poner a estos trabajadores a la altura de toda la ciudad. Se trata de garantizar un Nueva York asequible para todos los neoyorquinos".
Con más de 145.000 afiliados, 75.000 de ellos en la ciudad de Nueva York, la 32BJ SEIU es el mayor sindicato de servicios inmobiliarios del país.
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