Nuestra historia
Construir el sindicato y organizar la fuerza
Nuestro sindicato empezó con fuerza en 1934, cuando los trabajadores de servicios de edificios formaron el 32-B. En aquella época, los ascensoristas se encargaban de lo que algunos llamaban "transporte vertical". Los rascacielos de Manhattan eran en gran medida inaccesibles sin los hombres que hacían funcionar los ascensores. Pero incluso para los estándares de la Gran Depresión, los salarios de los trabajadores del servicio de edificios eran bajos y su trato era pésimo. Los trabajadores formaron nuestro sindicato por la misma razón por la que los trabajadores siempre forman sindicatos: porque unirse es la única manera de mejorar los trabajos.
Nuestro sindicato siempre se ha caracterizado por la unión de los trabajadores para crear la fuerza colectiva necesaria para desafiar el statu quo y exigir que todos los trabajadores -independientemente de su raza, género, religión o nacionalidad- sean tratados con el mismo respeto que toda persona merece. La organización es la savia de la 32BJ. La fuerza colectiva proviene del crecimiento del colectivo.
Historia del 32BJ
Se forma la Unión
Los trabajadores de los servicios de construcción formaron el 32-B en abril de 1934 y se pusieron en huelga en noviembre. Nuestra primera victoria llegó a los pocos meses, cuando la huelga que abarcó unos 400 edificios en el distrito de la confección del centro de Manhattan terminó con los trabajadores ganando derechos sindicales y miles de nuevos miembros uniéndose al 32-B.
1934
1936
Elevar el nivel de exigencia en Nueva York
En marzo de 1936, los trabajadores volvieron a ponerse en huelga para reclamar un mejor trato y una mejor remuneración. En dos años, entramos en escena en Nueva York y elevamos los estándares de nuestra industria bajo el liderazgo de James Bambrick y Thomas Young, nuestro presidente y vicepresidente fundadores.
Fuerza organizadora
Nuestra huelga de 6 días en septiembre de 1945 prácticamente cerró la ciudad de Nueva York. Según los informes, alrededor de 1,5 millones de neoyorquinos no quisieron cruzar los piquetes ni subir las escaleras (los ascensores de los edificios de oficinas no podían funcionar sin un operador). La huelga terminó con un acuerdo de paz de 10 años y una política antidiscriminatoria muy importante.
1945
mediados de los años 80
Justicia para los conserjes
A mediados de la década de 1980, la campaña Justice for Janitors (Justicia para los trabajadores de la limpieza) recibió su nombre en Pittsburgh y se extendió por todo el país hasta Los Ángeles, Houston, Miami y muchas otras ciudades. La campaña desarrolló una exitosa estrategia dirigida a los subcontratistas de limpieza que habían deteriorado las condiciones del sector de la limpieza de oficinas y causado estragos en la vida de los trabajadores. La campaña contribuyó finalmente a que decenas de miles de limpiadores de oficinas obtuvieran representación sindical y establecieran normas decentes en el sector.
Respetar la seguridad
En la década de 2000, la 32BJ organizó a 13.000 limpiadores de oficinas en Nueva Jersey y el norte de Virginia. Creamos una división de seguridad y ayudamos a 10.000 agentes de seguridad desde Boston a Washington, D.C. y al oeste de Pittsburgh a afiliarse a nuestro sindicato.
2000's
2016
Aumento de los trabajadores del aeropuerto
En 2016, nuestra campaña para ayudar a los trabajadores de los aeropuertos a ganar la lucha para unirse a nuestro sindicato y mejorar las condiciones en el trabajo tuvo un gran impulso cuando 8.000 trabajadores de los aeropuertos de Nueva York y Nueva Jersey consiguieron su primer contrato.
Sirviendo a la justicia
La Lucha por los 15 dólares comenzó en la ciudad de Nueva York como una campaña de los trabajadores de la comida rápida para elevar los estándares y conseguir la representación sindical. La Lucha por los 15 dólares es ahora un movimiento nacional que ha conseguido aumentos para MILLONES de trabajadores con salarios bajos en ciudades y estados de todo el país, aunque los trabajadores siguen luchando por la representación sindical y el poder que se deriva de tener voz en el trabajo.
Hemos luchado y ganado una legislación vital en los cinco distritos que permite a los trabajadores de primera línea de la comida rápida exigir horarios estables y a tiempo completo y protegerse contra los recortes arbitrarios de sus horarios semanales e incluso contra el despido.